La Cosmogonia glacial de Hörbiger


El Hielo y el Fuego.

La Cosmogonía Glacial de Hanns Hörbiger (Glazial Kosmologie) publicada en Austria, 1913, es una visión de mundo que responde básicamente, tres interrogantes: "¿Qué somos?", "¿De dónde venimos?", "¿A dónde vamos?" Su autor es el científico austriaco Hörbiger (29 de Noviembre de 1860 - 11 de Octubre de 1931) junto a la colaboración de Phillip Fauth. La obra comprende una visión total del Universo, de la Tierra, del Hombre y el Espíritu. Sustenta el eterno combate entre dos elementos complementarios: el Hielo y el Fuego, y las fuerzas de repulsión y atracción que se generan a partir de ésta dinámica. Ésta conflagración que rige a los espacios cósmicos y a los cuerpos celestes, rige asimismo a la Tierra y a toda la materia viviente del planeta. La Cosmotécnica expuesta en la obra de Hanns Hörbiger, establece en una primera ronda la existencia de un cuerpo gigantesco -una Súperestrella- en la Constelación Columba (Pigeon) poseedora de una elevada temperatura, millones de veces mayor que nuestro actual Sol. Ésta Superestrella sufrió la colisión de otro cuerpo celestial, constituido por una gran acumulación de Hielo Cósmico, cuya masa de hielo irrumpió fuertemente contra la Súperestrella, generando un gran estallido -una explosión de vapor-, lanzando fragmentos a los vastos confines del Universo expansivo. Algunos de éstos fragmentos estelares regresaron sobre la masa central de la Superestrella, lugar donde se había originado inicialmente la explosión. Otros fragmentos, mantuvieron su posición a una distancia intermedia, transformándose de éste modo en los planetas del sistema solar.


La espiral doble del Universo: Repulsión y Atracción.

Según los postulados de la Cosmogonía Glacial, los cuerpos celestiales del sistema solar, obedecen a dos fuerzas que se desarrollan en contraposición: la fuerza primitiva e inicial de la explosión, que los proyecta; y en segundo lugar, la gravitación -implosión- que los atrae a la masa más fuerte situada en su proximidad. Éstas fuerzas son, naturalmente, dispares: mientras la fuerza de proyección inicial disminuye debido a la composición del espacio estelar, la fuerza de gravitación presenta un estado permanente, estableciendo el mecanismo por el cual una masa -en éste caso, un cuerpo celestial ó planeta- se aproxima al más próximo que ejerza su fuerza de atracción, produciéndose en ésta atracción una espiral que se va cerrando. De éste modo, tarde ó temprano -de acuerdo a Hörbiger - cada planeta chocará contra el más cercano, y todo el sistema planetario, necesariamente, se estrellará en forma de Hielo contra el Sol, produciéndose así una vez más, una grandiosa explosión. De éste modo, en ese instante cósmico, todo comenzará de nuevo. Un Ciclo se cerrará y uno nuevo se iniciará. Éstas son las energías, las dos corrientes que rigen al Universo. Las dos espirales que gobiernan los ciclos del Cosmos y de los seres vivos.


Las Lunas y las Altas culturas del Pasado.

Habrá un momento en que la espiral descrita por el actual satélite lunar en torno a la Tierra -la Quinta Luna- terminará por cerrarse. La Luna, de esta manera, se acercará irremediablemente a la órbita terrestre, aumentando con su aproximación la fuerza de gravitación, produciendo un incremento en el tamaño de los seres vivos en el planeta. Éste hecho explica la presencia de gigantescos insectos y plantas durante la Edad Primaria y luego, la existencia de grandes dinosaurios durante el Secundario. La Cosmogonía Glacial, conocida a su vez como Welteislehre ó Doctrina del Hielo Mundial (su sentido alemán es Universal), otorga una concepción cíclica de la Historia, postulando la existencia de Civilizaciones y Culturas en la Protohistoria, que sucumbieron ante los grandes cataclismos y trastornos planetarios en el transcurso de las Edades. El factor gravitacional permite el establecimiento de Gigantes en pretéritas épocas, de los cuales sólo hemos recibido innumerables mitos y leyendas, prácticamente, en todas las regiones del planeta. Vestigios de la existencia de los Gigantes son las monumentales construcciones megalíticas extendidas sobre varios puntos del globo. Éste factor gravitacional explicaría al mismo tiempo la larga duración de la vida de los Hombres en el Pasado, una primitiva raza extendida sobre el globo que dejó testimonios de su existencia en centros de incalculable antigüedad, como Tiahuanacu, Centroamérica (la denominada Cultura Tolteca), la Isla de Pascua, Abisinia y el Tibet. El aumento de la gravedad, producto de la proximidad del satélite lunar, desarrolla un anillo de agua en torno a la región tropical y el nivel de las aguas, de ésta manera, se eleva y solamente las altas tierras son habitables (recordemos el mito araucano de Tren Tren y Kai Kai), hasta el momento del impacto lunar contra la superficie terrestre. Tras el gran cataclismo (el Crepúsculo de los Dioses de los Asen Nórdicos), se produce el cambio del Eje Terrestre y el advenimiento de las Eras Glaciales. Los sobrevivientes de éste catastrófico proceso planetario, degeneran por entropía y con el paso del tiempo, el conocimiento de los antiguos habitantes se transformará en mito y leyenda ¡Así, toda la existencia de una cultura depende de una prueba material comprensible para las futuras generaciones! Sin la presencia del satélite lunar, el destino de la Tierra se determina de acuerdo a la estabilización del Eje Terrestre y a las nuevas condiciones climatéricas y geológicas que se instauran posteriormente. Numerosos son los mitos y sagas que dan testimonio de la existencia de un período de tiempo sin la presencia de la Luna en el Cielo, especialmente entre las culturas aborígenes precolombinas, como los indígenas Tupí.


Los Ciclos.

En la espiral descrita por las órbitas planetarias, según la Cosmogonía Glacial de Hörbiger, será próximamente el planeta Marte el que se verá atraído a la órbita terrestre para convertirse en su satélite. Sin embargo, su órbita será mayor y finalmente, éste se verá absorbido por la atracción del Sol. El paso de Marte significará la destrucción de la Tierra debido al aumento ostensible de la temperatura y a los considerables efectos gravitacionales. Tras un ciclo, la Tierra se transformará en un planeta de Hielo, que asimismo será atraído al Sol, junto a otros planetas que se fundirán en la masa ígnea solar hasta que estalle y de ésta manera, todo el proceso cósmico se reiniciará una vez más.

Ésta es la Cosmogonía Glacial de Hanns Hörbiger.